¿Qué es el bienestar emocional?
El bienestar emocional es esencial para nuestra vida cotidiana. Ya sea que nos sintamos felices, asustados, emocionados o enfadados, nuestras emociones pueden influir en nuestra manera de realizar nuestras actividades diarias. Cada decisión que tomamos está regida por nuestro estado mental de uno u otro modo, de manera que contar con una buena salud emocional es fundamental para vivir una vida plena y equilibrada.
La salud emocional es una extensión de la salud mental, aunque a menudo se confunden. Mientras que la salud mental guarda relación con el funcionamiento de la mente, la salud emocional tiene más que ver con nuestra manera de afrontar la vida y nuestra capacidad de vivirla con plenitud.
Cabe recordar que la salud emocional no es estática, sino que cambian con el tiempo, en función de la salud física, de las vivencias personales y de todo un conjunto de cosas que pueden sucedernos en la vida personal o en el trabajo. En épocas de grandes cambios puedes recurrir a tu reserva emocional, pero cuanto más cuides tu salud emocional y más recursos acumules, más satisfecho estarás en la vida.
Dicho en pocas palabras: la salud emocional es crucial para el bienestar general.
Beneficios de la salud emocional
Trabajar nuestra fortaleza emocional no implica necesariamente que nuestra vida sea fácil o perfecta ni que no tengamos pensamientos negativos. Lo que significa es que seremos capaces de afrontar los vaivenes de la vida con seguridad y resistencia y que tendremos recursos para reaccionar cuando las cosas no salen según lo previsto.
Ser capaces de gestionar nuestras emociones, pensamientos y sentimientos nos permite adoptar mejores decisiones y afrontar la vida con optimismo. El viaje hacia la construcción de la salud emocional es también un viaje de crecimiento personal, puesto que te volverás más productivo, te acercarás más a tus metas y te sentirás bien contigo mismo.
Y, por supuesto, tener equilibrio emocional nos permite disfrutar de relaciones más enriquecedoras con las personas a quienes amamos y con quienes interactuamos. Esto representa una parte inmensa de lo que conocemos como inteligencia emocional.
Con todo, una de las mayores ventajas de la salud emocional es el impacto positivo que puede tener en la salud física. Probablemente te habrás dado cuenta de que pasar tiempo con tus seres queridos hace que te sientas relajado y que una discusión hace que se te tense el cuerpo.
De hecho, la conexión entre la salud emocional y física es bidireccional: la salud física afecta a las emociones y las emociones influyen en la salud física. Probablemente todos hemos experimentado náuseas antes de hacer algo angustioso o hemos tenido un subidón de endorfinas después de una clase de danza divertida o de un paseo a buen ritmo.
Cuidado de la salud emocional
La salud emocional es una habilidad. No es algo innato ni algo que se tenga o no se tenga.
Concíbelo como la forma física: tal vez hoy no serías capaz de correr cinco kilómetros, pero si empezaras a correr un poco cada día, no tardarías mucho antes de alcanzarlos e incluso superarlos. De la misma manera, si practicas yoga varias veces a la semana y luego dejas de hacerlo durante unos meses, descubrirás que pierdes flexibilidad.
Hay muchas maneras de fortalecer de manera proactiva la salud emocional, entre ellas:
- Practicar mindfulness para ser más conscientes de nuestros pensamientos y sentimientos
- Practicar la gratitud para desarrollar el hábito del pensamiento positivo
- Cuidar de tu salud física para fomentar el bienestar y la salud general
- Pasar tiempo con amigos (¡y con tus mascotas!) para forjarte una red de apoyo y compartir experiencias emocionales, o pedir ayuda cuando la necesitas, ya sea a un amigo, a un colega o a un profesional de la salud.
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