Muchos creen que engreírte con un relajante o estimulante masaje o sumergirte en un baño caliente y aromático, es hacer Aromaterapia. Sin embargo, esta ciencia ancestral, no es algo tan simple, va mucho más allá con lo que te puede ofrecer.
La aromaterapia, como su nombre lo indica, es una terapia complementaria que usa las propiedades de los aceites esenciales que son extraídos de las plantas aromáticas de manera natural. Etimológicamente, aromaterapia significa “olor agradable” (aroma), y “tratamiento diseñado para curar” (terapia). Sin embargo, su objetivo va más allá de una terapia física, ya que lo que se ofrece es un enfoque holístico en donde se trabaja a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Así, un aromaterapista, no solo se concentra en curar la dolencia física, sino que preserva y previene posibles enfermedades del cuerpo y alma, sanando desde la esencia misma del ser.
La aromaterapia proporciona una versión contemporánea del antiguo arte de curar, basándose en la premisa de que, “el mejor modo de prevenir la enfermedad es fortaleciendo los mecanismos de autodefensa del organismo”.
Gracias a la amplia composición química de sus aceites esenciales naturales, la aromaterapia trabaja de manera extraordinaria a nivel físico, reforzando el sistema inmunológico, devolviendo la vitalidad del organismo y ayudando a combatir el insomnio, entre muchas cosas más.
El ritmo de vida moderno, tiende a alejarnos de la naturaleza. Los seres humanos somos parte de ella, venimos de la naturaleza y no debemos separarnos de ella. Aprender a vivir nuevamente de manera sana y natural, es indispensable para nuestro bienestar físico, mental y emocional. La aromaterapia nos brinda la oportunidad de re-encontrarnos nuevamente con la naturaleza, y nos ofrece la posibilidad de sentirnos “bien” en todo el sentido de la palabra.
Una paciente a la que llamaremos Camila, sufría de fuertes calambres en ambas piernas. Este malestar le creaba muchos inconvenientes en su vida cotidiana. ¿La razón de esto? Ella estaba atravesando por una situación conflictiva con su pareja.
Médicamente, el calambre se define como una contracción involuntaria, repentina y dolorosa de uno o varios músculos. Desde un enfoque holístico, los calambres de producen generalmente en las personas que se aferran a algo o a alguien, por miedo a la pérdida. Los calambres son un problema bastante común y generalmente fácil de tratar en un consultorio aromaterapéutico, gracias a las amplias propiedades que ofrecen los aceites esenciales naturales.
Por ello, a Camila se le recomendó una terapia de masajes con aceites esenciales de romero (poderoso tonificante y estimulante) y lavanda (suavizante del carácter que además alivia los espasmos). También se usó salvia (tranquilizador y armonizador del chakra plexo solar) y enebro (tonificante nervioso que combate la fatiga mental y emocional). En cuanto a Camila, sus calambres disminuyeron con el tratamiento, el conflicto con su pareja se resolvió y actualmente la aromaterapia forma parte de su vida porque le devolvió la confianza y fortaleció su salud.
Erika Eberhardt, Maestra en Aromaterapia ereberhardt@aol.com