¿Tu mascota está celosa de un nuevo miembro en la familia? Las Flores de Bach te pueden ayudar
Hace unos meses, llegó al consultorio una pareja preocupada por su perrita, Gigi, una poodle de cinco años que había sido la «niña de los ojos» de Ricardo y Fiorella. Sin embargo, todo cambió cuando Fiorella llegó al octavo mes de embarazo. Gigi comenzó a mostrar signos de celos caninos. No le gustaba que sus dueños entraran al cuarto de la bebé; les mordía suavemente los pies o traía su pelota favorita para desviar su atención y evitar que ingresaran.
Mi consejo fue esperar a ver su reacción, además de sugerirles que propiciaran su ingreso al dormitorio para que oliera los nuevos juguetes y ropa de la bebe y así se acostumbrara gradualmente a su presencia. les aconsejé que permitieran a Gigi entrar al dormitorio, para que pudiera oler los juguetes y ropa de la bebé, ayudándola a adaptarse a su nueva realidad.
Cuando Arianna, la bebé, llegó a casa, la reacción de Gigi sorprendió a sus dueños. En lugar de recibirlos con entusiasmo, simplemente los olió y se fue a su cama, ignorando a la bebé. Con el tiempo, la situación empeoró: Gigi mostraba cada vez más signos de celos. Ya no la sacaban a pasear con frecuencia, y su comida favorita se agotaba sin ser reemplazada. La llegada de un nuevo miembro a la familia había generado una gran inseguridad en la mascota.
Al mes, la familia regresó al consultorio, esta vez con Arianna y Gigi. La poodle mostraba claros signos de estrés y ansiedad. No solo había un nuevo integrante que acaparaba la atención, sino que ya no se le sacaba a pasear con tanta frecuencia y sus bocaditos preferidos se habían terminado hacía varios días. Además percibía olores diferentes en la casa, todo lo cual contribuía hacia una total intolerancia a la criatura.
Comprendí que era el momento de recurrir a las Flores de Bach para mascotas. Receté una combinación de Walnut, Beech, Rock Rose, Impatiens y Chicory, todas esencias clave para tratar los sentimientos de celos, apego e intolerancia de Gigi hacia la bebé.
Un mes después, Gigi comenzó a aceptar a Arianna como parte de la familia, demostrando su amor al lamerle los pies. Sus dueños también aprendieron la importancia de mantener sus rutinas habituales, volviendo a pasearla y ofreciéndole sus bocaditos preferidos.
La lección aquí es clara: a medida que nuestras mascotas pasan más tiempo con nosotros, se comportan de manera más «humana». Las Flores de Bach para mascotas son una herramienta poderosa para ayudarles a gestionar emociones complejas, como los celos o el miedo ante los cambios.
Por Nancy Gamboa, Médico Veterinario y Terapeuta en Flores de Bach.
Contacto: nangambo@yahoo.es