La relación entre el intestino y el cerebro ha sido un tema candente en los últimos años. El sistema gastrointestinal juega un papel importante en la salud del cerebro y los alimentos que consume afectan directamente el funcionamiento de su cerebro.
La conexión intestino-cerebro es el medio por el cual el intestino se comunica con el cerebro y viceversa. Están conectados a través del nervio vago, que es un nervio largo parecido a un cable que comienza en la amígdala del cerebro (la parte del cerebro que procesa y expresa el miedo y la ansiedad) y desciende por todo el sistema gastrointestinal hasta el glándulas suprarrenales. Los mensajes químicos (hormonas y neurotransmisores) permiten que se produzca la comunicación y la señalización; El 90 % de la señalización va del intestino al cerebro y el 10 % viene del cerebro hacia abajo. Esta es la razón por la cual la salud intestinal es clave para la regulación del estado de ánimo y la salud del cerebro.
¿Cómo afecta la comida a tu cerebro?
La dieta tiene un impacto directo en la salud del cerebro y los alimentos que come pueden afectar significativamente la memoria, el aprendizaje, el comportamiento y el estado de ánimo. Los alimentos con alto contenido de azúcar, grasas trans e ingredientes artificiales causan inflamación en el cuerpo y el cerebro, lo que puede aumentar el riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer.
Estos tipos de alimentos también causan inflamación en los intestinos, lo que irrita el revestimiento del intestino y lo vuelve poroso. Esto lleva a que las partículas de alimentos no digeridos, las toxinas y las bacterias puedan pasar a través de la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo, lo que puede desencadenar el sistema inmunológico, causando reacciones alérgicas e inflamación en todo el cuerpo.
Los peores alimentos y bebidas para la salud del cerebro (que debe evitar) incluyen:
- Carbohidratos refinados que incluyen pasta, pan, bollería, pizza, tartas, pasteles debido a su alto contenido de azúcar. Los carbohidratos integrales (pasta integral, pan) se pueden comer en pequeñas cantidades.
- Los refrigerios (incluidos los que se comercializan como saludables) como las papas fritas, el chocolate y los pasteles (incluso las versiones «crudas»), las barras de granola/energéticas/proteicas, las galletas saladas y los pretzels tienen un alto contenido de azúcar y aceites dañados que no son buenos para la salud del cerebro.
- Los edulcorantes artificiales, ya que están elaborados con sustancias químicas e ingredientes como la fenilalanina, que se ha relacionado con problemas cognitivos y de comportamiento. La fenilalanina puede atravesar la barrera hematoencefálica e interrumpir la producción de neurotransmisores (estos son los mensajeros químicos utilizados por el sistema nervioso).
- Bebidas azucaradas que incluyen jugos, bebidas gaseosas, bebidas energéticas y bebidas deportivas. Todos contienen grandes cantidades de azúcar que es perjudicial para la salud del cerebro, ya que causa inflamación en el cerebro que contribuye a la pérdida de memoria. Otro ingrediente de muchas de estas bebidas es un edulcorante llamado jarabe de maíz con alto contenido de fructosa. El cuerpo no metaboliza bien la fructosa, por lo que consumir grandes cantidades puede provocar diabetes, resistencia a la insulina, presión arterial alta y obesidad; todo lo cual puede aumentar su riesgo de demencia. En su lugar, beba agua filtrada con limón, menta o pepino para darle más sabor. Evite el agua con gas, ya que puede afectar negativamente la digestión, la salud ósea y los dientes debido a su acidez.
- Las frutas con alto contenido de azúcar , como mangos, maracuyá y cerezas, solo deben consumirse en pequeñas cantidades. Es mucho mejor las frutas bajas en azúcar, como las fresas, las frambuesas, los kiwis y las toronjas.
- Los aceites hidrogenados (también conocidos como grasas trans) son un tipo de grasa insaturada que se encuentra en los aceites vegetales refinados, la margarina, los productos horneados (muffins, pizza, galletas, pasteles, donas), las palomitas de maíz para microondas , manteca vegetal, alimentos fritos (papas fritas, hamburguesas, pescado rebozado), cremas para café, papas fritas y galletas saladas. Las grasas trans están relacionadas con la reducción de la memoria y el deterioro cognitivo; también pueden aumentar su riesgo de enfermedad de Alzheimer.
- Comidas preparadas y alimentos empacados/procesados que incluyen salsas y condimentos, fideos instantáneos, pizzas, fiambres y jamones, refrigerios salados, cereales para el desayuno, frijoles horneados, aros de espagueti y sopas enlatadas. Estos alimentos tienen un alto contenido de azúcar y sal y, a menudo, contienen aceites hidrogenados; todo lo cual afecta negativamente la salud del cerebro. Los alimentos procesados reducen la producción de una molécula derivada del cerebro llamada factor neurotrófico (BDNF), que es responsable de la memoria a largo plazo, el aprendizaje y el crecimiento de nuevas células cerebrales.
- Los productos lácteos pasteurizados, como la leche, el yogur y el queso, pueden afectar negativamente al intestino (y, por lo tanto, a la salud del cerebro), ya que los lácteos son ácidos e inflamatorios.
- Ciertos tipos de pescado, incluidos el atún, el tiburón, el pez espada y la caballa gigante, ya que contienen altos niveles de mercurio, que es un metal pesado. El mercurio se acumula en el cuerpo y se almacena en el cerebro, el hígado y los riñones; en mujeres embarazadas, el mercurio se acumula en la placenta y el feto. Es una neurotoxina que causa estragos en el sistema nervioso central y daños en el cerebro.
- El alcohol es muy inflamatorio y causa ciertos cambios metabólicos en el cuerpo. Cuando se bebe en grandes cantidades, el alcohol puede dañar las células nerviosas del cerebro (llamadas neuronas), lo que dificulta la comunicación de las células cerebrales. Esto puede provocar pérdida de memoria y problemas de visión y equilibrio.
- El café es un estimulante del sistema nervioso que desencadena la respuesta de estrés en el cuerpo. Puede aumentar la producción de adrenalina y cortisol, lo que aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y la liberación de glucosa (azúcar) en el torrente sanguíneo. Beber café puede interrumpir el sueño, afectar negativamente los niveles de azúcar en la sangre y contribuir a la ansiedad. Prueba una alternativa al café como un café con leche de cúrcuma o un té de jengibre.
Adoptar una dieta orgánica de alimentos integrales que sea rica en nutrientes, especialmente antioxidantes, es clave para la salud del cerebro.