El Blog de Hana

Todos somos Sanadores

“El verdadero acto del descubrimiento no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en ver con otros ojos.” Marcel Proust

Todos tenemos el “don de sanar”, una capacidad innata que reside en cada uno de nosotros. Cuando nos golpeamos, lo primero que hacemos es poner la mano en el lugar afectado; las madres suelen sobar a sus hijos cuando sienten dolor. Hacemos contacto con nosotros mismos o con los demás. Todos tenemos la capacidad de llevar un poco de luz y amor a esas áreas del cuerpo físico que lo necesitan, de hacer espacio en las zonas que están apretadas y de ofrecer amor. Esta habilidad es algo que todos podemos desarrollar.

Para ayudar a otros o a nosotros mismos, es fundamental comenzar con el autoconocimiento. Debemos identificar esas zonas poco iluminadas en nuestro cuerpo y comprender qué se oculta detrás de lo que no vemos. Solo recorriendo ese camino y sanando nuestras propias heridas podemos acompañar a otros en su proceso de sanación.
Las terapias complementarias, como la sanación bioenergética, son herramientas integrales que ayudan a equilibrar nuestro estado físico, emocional y mental. Este equilibrio se logra alineando nuestro eje, limpiando nuestro canal de energía, ayudando a que nuestros chakras giren correctamente y expandiendo nuestra aura. Se utiliza la técnica de quelación, creada por Rosalyn Bruyere y desarrollada por la doctora Bárbara Brennan, que establece contacto con las áreas del cuerpo que se encuentran enfermas. Esta práctica disuelve bloqueos de energía y desarrolla los campos energéticos, lo que permite sostener los procesos de crecimiento y sanación.

Todo este proceso nos lleva a expandir nuestra conciencia, reconociendo la importancia de nutrir el cuerpo a través de una alimentación saludable, el ejercicio y el uso de ropa cómoda. Además, es vital nutrir la mente, tomando un tiempo para alejarnos de la agitación diaria y respirando aire puro para limpiar nuestra mente y bajar las revoluciones. Al abrir nuestro corazón sin miedo a dar y recibir amor, y al aprender a confiar en los demás, logramos nutrir nuestras emociones. Finalmente, podemos nutrir el alma, lo cual se alcanza al escucharnos y entender lo que realmente somos y queremos hacer, sin limitarnos a cumplir solo con lo que se espera de nosotros, evitando así sacrificar nuestro propio desarrollo.

Todos somos sanadores, pues poseemos la capacidad de sanar y de expandir luz y amor a las personas que nos rodean. Los beneficios de las terapias holísticas son innegables, ya que nos permiten reconectar con nuestra esencia y potenciar nuestro bienestar integral.

Lisset Puiggrós Madueño
Sanación Energética, Jikiden Reiki y Flores de Bach
lissetpm@gmail.com

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