El universo de los aceites esenciales es tan amplio como fascinante. Cada aroma tiene su propia vibración y efecto sobre nuestro cuerpo, mente y emociones. Conocer las distintas familias olfativas y sus propiedades puede ayudarnos a elegir el aceite esencial adecuado para cada momento de nuestra vida. A continuación, te presentamos una guía práctica para comprender sus efectos según su tipo de aroma:
Florales: equilibrio emocional y suavidad
Los aceites esenciales florales son reconocidos por su acción sobre el mundo emocional. Tienen propiedades antidepresivas, relajantes y en muchos casos, afrodisíacas. Son ideales para momentos de introspección, autocuidado o cuando necesitamos volver al centro.
En nuestra selección destacan:
Lavanda, ylang ylang, manzanilla, geranio, jazmín y palo de rosa.
Cítricos: alegría y energía vital
Luminosos, frescos y estimulantes, los aceites cítricos son perfectos para elevar el ánimo, activar la energía y conectar con el entusiasmo. Suelen usarse para comenzar el día o despejar ambientes cargados.
Entre los más conocidos están:
Bergamota, naranja, citronela, limón y mandarina.
Herbáceos: claridad mental y purificación
Los aromas herbáceos se caracterizan por su capacidad de limpiar el ambiente y elevar la energía. Son aliados para estudiar, meditar o trabajar, ya que favorecen la concentración y despejan la mente. También aportan calma, vigor y claridad.
Nuestra selección incluye:
Hierba luisa, eucalipto, menta, hierbabuena, orégano, albahaca, tea tree (árbol de té) y romero.
Especiados y resinosos: profundidad y conexión espiritual
Los aceites especiados tienen una cualidad cálida y envolvente. Muchos de ellos despiertan la sensualidad, limpian energías densas y ayudan a profundizar en estados meditativos o rituales de introspección.
En esta familia encontramos:
Canela, frankincienso (incienso), mirra, clavo de olor, salvia, cedro




